Franklyn nos cuenta una historia que tiene dos escenarios en dos mundos paralelos, un lado será Londres en la actualidad y por otro lado una ciudad futurista llamada Ciudad intermedia. Las vidas de tres personas se cruzan marcada por el amor y por la tragedia aunque sus escenarios sean distintos y totalmente opuestos.
Jonathan Preest (Ryan Phillippe) es el temido centinela, vive en Ciudad intermedia, un lugar dominado en extremo por el fervor religioso, Preest no es feliz allí puesto que es ateo, el único ateo de esa ciudad, es por ello que se enfrenta a la sociedad y se esconde de los Clérigos, la policía de la ciudad. Después de una escapatoria por el tejado y gracias a un soplón llamado el Culebras, Preest es capturado y llevado a prisión. Allí en una celda, en lo único que piensa es en la muerte de su última cliente, una chica joven que murió en manos de su mayor enemigo y no hace otra cosa que pensar en cómo vengarse.
Emilia (Eva Green) es una joven que vive en Londres actual y a pesar de todo lo que tiene al pertenecer a una buena familia, reniega de su madre y se ha convertido en una mujer cínica y depresiva que no hace otra cosa que filmar sus intentos de suicidio para su trabajo de graduación en la escuela de arte.
Milo (Sam Riley) es un joven apuesto y profesional que ha sufrido la mayor decepción amorosa, fue plantado en el altar por la que sería ahora su ex novia, sin embargo Sam no renuncia a enamorarse y un día por casualidades de la vida cree ver a Sally, una amiga de su infancia a quien buscará sin reparo alguno.
Todos estos personajes, estas historias terminarán entrecuzándose en una u otra dimensión, en una historia marcada por la ambigüedad de la realidad, el amor a primera vista o el terror de la incomprensión.
Franklyn, una película que después de dos años de su creación llega a las salas españolas el 10 de diciembre.
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